"Me fui para Puntarenas en mi bote a vender un
pescadito y estando allá llegó un amigo y me dijo
... Pedro, regrese rápido a la isla porque la
policía le está quemando la casa. Me devolví todo
lo rápido que pude, pero ya solo cenizas
encontré. Todo me lo quemaron, mis cosas
personales, mis herramientas y hasta un dinerito
que tenía ahorrado. Dicen que es porque vivo en
la zona marítima, pero yo tengo casi 40 años de
vivir en esta isla".
Así habló don Pedro Velásquez en la reunión que
sostuvo una delegación de Isla Caballo con la
Defensora de los Habitantes y los diputados del
PAC, el Frente Amplio y el PASE, este 15 de
marzo. En su rostro curtido por el sol y el
trabajo se funden un poco de tristeza, algo de
cólera y -sobre todo- mucha, dignidad. Están
luchando por la tierra que han habitado toda la
vida y que ahora les quieren arrebatar un grupo
de "empresarios turísticos", parte de la mafia
político-empresarial que planea llenarse aún más
los bolsillos y para eso necesita desalojar a los
habitantes de las islas. Antes lograron que la
Municipalidad de Puntarenas aprobara un plan
regulador hecho a la medida de sus ambiciones y
¡sin consultar a los únicos dueños de Isla
Caballo! En este plan macabro y expropiador la
gran mayoría de las tierras se destinan al
turismo y una porción pequeñísima a los
pobladores.
Los diputados presentes se comprometieron a dar
la lucha junto a los pobladores de Isla Caballo,
hasta garantizar que puedan seguir viviendo
tranquilos en la tierra que han habitado siempre
y que sus próximas luchas sean para mejor sus
condiciones de vida, en armonía con el entorno,
como lo han hecho hasta ahora.
lucha de estos habitantes se refleja en las
palabras finales de don Pedro cuando dijo
"después de que me quemaron la casa, me hice un
ranchito y ahí estoy, dando la pelea".
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