INTERVENCIÓN DEL EXCELENTÍSIMO SR. FELIPE PÉREZ ROQUE,
MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DE CUBA,
EN LA CEREMONIA OFICIAL DE REACTIVACIÓN DEL
MOVIMIENTO DE PAÍSES NO ALINEADOS EN LA UNESCO
12 DE MARZO DEL 2007, PARÍS
Exelencias:
Hoy es un día de especial significación para el Movimiento de Países No Alineados. Esta convocatoria es un resultado de la XIV Cumbre del Movimiento, celebrada exitosamente en La Habana en septiembre de 2006, y en la que otra vez se reiteró el deber insoslayable para las 118 naciones no alineadas de consolidar nuestra unidad y concertación en un mundo cada vez más injusto y desigual, en el que no se respeta nuestro derecho a la paz y el desarrollo.
Al reunirnos para dar cumplimiento al mandato de nuestros Jefes de Estado o de Gobierno de reactivar la coordinación entre los países no alineados en el seno de la UNESCO no sólo damos un nuevo paso en el fortalecimiento y revitalización de nuestro Movimiento, sino que recuperamos una tradición que se inició en 1973 con la creación del Comité de los Países No Alineados representados ante la Organización. Muchos de los distinguidos representantes reunidos aquí hoy recuerdan seguramente los históricos debates y el significativo impacto de las contribuciones de nuestros países a las decisiones que entonces adoptó la UNESCO.
Recordemos los aportes del Movimiento de Países No Alineados a los debates vinculados al desarrollo de la identidad cultural de los pueblos, al establecimiento de infraestructuras nacionales de información y al acceso de los países en vías de desarrollo a la ciencia y la tecnología.
¿Cómo no evocar hoy el papel desempeñado por el Movimiento en la denuncia de los problemas de desequilibrio en los flujos mundiales de información? Abordado el tema por primera vez en 1973, durante la IV Cumbre en Argel, se colocó en el centro de las actividades de la UNESCO en el período 1977-1982. En esa etapa, la promoción del Nuevo Orden Mundial de la Información y las Comunicaciones, que vinculó la información al debate sobre la distribución mundial de recursos, constituyó uno de los aportes más significativos del Movimiento de Países No Alineados a los trabajos de la UNESCO.
Pero nuestra tarea hoy, Excelencias, no es sólo recordar la historia sino trabajar y luchar unidos, con fuerza renovada, en la defensa de nuestros derechos.
Hoy, los desafíos que se nos plantean son aún mayores. En estos años se transformó drásticamente el entorno en el que el Movimiento de Países No Alineados se ve forzado a desempeñar su papel.
Los graves problemas que amenazan a los países del Sur, en lugar de disminuir, son cada vez más acuciantes. Se nos impone un orden internacional absurdo y cruel, que impide el desarrollo, la paz y el progreso para la mayoría de nuestros pueblos.
Se nos impone un orden internacional que impide el acceso general a la cultura y a la ciencia, a la educación para todos y a la justicia social que preludiaba la Constitución de la UNESCO aprobada en 1945.
Convocamos hoy a los países no alineados a reactivar las labores de nuestro Movimiento en la UNESCO porque es necesario luchar unidos para transformar ese orden injusto e insostenible.
Los hemos convocado porque creemos posible luchar por un mundo en el que no haya 800 millones de adultos analfabetos y 80 millones de niños que no asisten a la escuela. Duele recordar aquí hoy que, según la UNESCO, sólo 47 países han logrado alcanzar los seis objetivos de la Educación para Todos acordados en Dakar en el año 2000. ¿Es posible asegurar hoy que para el 2015 lo habrán alcanzado los 192 países que integran la UNESCO? ¿De dónde saldrán los recursos si dos terceras partes de los países aquí representados sufren cada día más los efectos de una deuda que no cesa de crecer y de la imposibilidad agobiante de acceder al conocimiento, a la tecnología y a los mercados del Norte desarrollado y proteccionista?
Los hemos convocado porque creemos posible un mundo en el que no mueran, como morirán hoy, 20 mil niños de hambre cada día.
Los hemos convocado porque creemos posible trabajar unidos contra la mercantilización de la mayor parte de la producción intelectual y su privatización, que convierten el conocimiento en instrumento para perpetuar la desigualdad.
Nos amenaza a todos la aspiración de convertir la cultura en mercancía y aniquilar la diversidad cultural.
Hemos llegado al colmo de que el arte auténtico y autóctono, las expresiones del arte de nuestros países, han dado en llamarse “cultura alternativa”, condenados por los patrones homogeneizantes y banales de la llamada industria del entretenimiento. Lo culto se ha vuelto alternativo y lo banal y lo comercial se ha vuelto norma. El arte que hace pensar se ha vuelto disidente mientras gobierna la mediocridad.
Sustituir ciudadanos por consumidores es la operación en marcha para desmoralizar la oposición política al orden mundial establecido y extender la dominación de un puñado de poderosos intereses trasnacionales.
El espejismo de presentar el consumo desenfrenado como sinónimo de desarrollo, que se ofrece desde las pantallas de los televisores en todo el mundo, es el testimonio elocuente de un modo de vida que amenaza ya la supervivencia de nuestra especie, que agota los recursos naturales, degrada, contamina, deforesta y puede llegar a hacer imposible la vida en el planeta. Pero es también la prueba de un sistema perverso, que alienta el consumismo desenfrenado de una élite en un mundo con 852 millones de seres hambrientos, dos mil millones sin electricidad, y más de dos mil millones que jamás han hablado por teléfono y para los que la palabra INTERNET no significa absolutamente nada.
Los hemos convocado porque creemos impostergable trabajar unidos para defender nuestro derecho a beneficiarnos también del desarrollo impetuoso de la ciencia y las tecnologías. La brecha tecnológica entre el Norte y el Sur se acrecienta. Para la mayoría de nuestros pueblos la Sociedad de la Información es apenas una quimera. La llamada Economía del Conocimiento funciona como un instrumento más de explotación y amplía la ventaja acumulada de los países desarrollados.
Entre Europa, Norteamérica y Japón generan más del 80% de todas las publicaciones científicas y más del 90% de las patentes. El 72% de los científicos del mundo viven y trabajan en los países industrializados. En los países desarrollados se invierten cada año 600 mil millones de dólares en investigación-desarrollo. En el resto del mundo, donde vive el 86% de la población del planeta, se invierte 12 veces menos.
Nuestros países tienen que enfrentar no sólo la creciente privatización del conocimiento y las leyes de la propiedad intelectual, diseñadas para defender los intereses de los países desarrollados y las trasnacionales, sino las barreras no arancelarias que cierran los mercados del Norte a nuestras producciones.
Se pretende saquear, patentar y comercializar sin escrúpulos desde el principio activo de un remedio utilizado por siglos en una cultura aborigen hasta las canciones que cantaron nuestros abuelos.
Pero, por si fuera poco, padecemos el fenómeno creciente del “robo de cerebros”. Si los emigrantes de nuestros países son pobres en busca de trabajo se les persigue, se les maltrata, se les cierran las puertas; si son científicos o ingenieros se les incita a emigrar con “cantos de sirenas” y promesas de todo tipo. Sólo de América Latina y el Caribe, hay 1.2 millones de profesionales trabajando en Estados Unidos y otros dos países desarrollados. Las consecuencias de ese drenaje de talento y capacidad intelectual son devastadoras.
Los hemos convocado porque creemos posible luchar por un mundo en el que los avances científicos se dediquen a combatir las enfermedades y el subdesarrollo y no para concebir sistemas de armamentos cada vez más sofisticados y letales.
La concentración de la propiedad sobre los medios masivos de comunicación, junto a la dependencia de anunciantes cada vez más poderosos, han convertido la libertad de información en una quimera.
Las noticias que se divulgan o se silencian son las que convienen a los poderosos intereses que trafican cada año un millón de millones de dólares en publicidad comercial. Quienes importan no son el lector o el televidente, son el dueño y el anunciante, que como dioses deciden lo que se publica, imponen la mentira, manipulan la historia, legitiman la discriminación y promueven la sumisión ante un estado de cosas que se nos presenta como nuestro destino manifiesto.
¡Este orden mundial viola las nobles aspiraciones consagradas en la Constitución de la UNESCO y es deber del Movimiento de Países No Alineados y de nuestra generación luchar por transformarlo!
Excelencias:
Para que el Movimiento de Países No Alineados cumpla el objetivo de revitalizarse en la UNESCO, en cumplimiento del mandato de nuestros Jefes de Estado o de Gobierno, es fundamental el aporte de todos sus miembros y la activación de todas sus estructuras de trabajo.
Está probado que podemos luchar con éxito. Ahí está la Convención sobre la Diversidad Cultural, aprobada por 148 países y con sólo dos votos en contra, como una señal de que si nos unimos podemos hacer que nuestras voces se oigan.
Aunemos nuestros esfuerzos para desarrollar la cooperación dirigida a atender las necesidades básicas educativas de nuestros países.
Defendamos el legado de nuestros pueblos y su historia.
Defendamos nuestro derecho a la diversidad cultural.
Propiciemos el debate sobre los problemas de las artes, los procesos culturales y el desarrollo en un mundo amenazado por la hegemonía y urgido de que luchemos por la preservación de nuestras culturas.
Promovamos el diálogo entre culturas y civilizaciones, y opongámonos enérgicamente al manido pretexto del llamado “choque de civilizaciones”, utilizado por quienes enarbolan un militarismo agresivo y amenazan la paz de nuestros pueblos.
Luchemos por la salvaguarda y conservación del patrimonio cultural material e inmaterial de nuestros pueblos y reclamemos la restitución de la propiedad cultural de las naciones que estuvieron sometidas al dominio colonial.
Proclamemos otra vez que los derechos culturales son parte indispensable de los derechos humanos. Reclamemos el respeto a los derechos de las minorías, de los excluidos, de los marginados, de los pueblos indígenas y de los afro-descendientes.
Recordemos aquí hoy las palabras del Presidente Fidel Castro: “¿Qué es Patria, sino una cultura propia?”
Construyamos alianzas con los sectores de la sociedad civil que en los países del Primer Mundo ven con creciente preocupación el proceso de banalización y desinformación a que son sometidos sus pueblos a través de la publicidad comercial. Trabajemos junto a los gobiernos que se muestren dispuestos a establecer políticas culturales que defiendan sus identidades nacionales y protejan su patrimonio.
Señores delegados:
Para hacer avanzar el trabajo de los países no alineados en la UNESCO contamos con la experiencia, la inteligencia, el entusiasmo y la voluntad política de los gobiernos que ustedes aquí representan.
Cuba, como Presidente del Movimiento de Países No Alineados, está convencida de que aun cuando el reto ante nosotros es grande, unidos, y en estrecha coordinación con el Grupo de los 77, tenemos la capacidad de enfrentarlo.
La heterogeneidad de nuestra membresía y nuestra diversidad de intereses no ha de constituirse en freno para nuestros propósitos, sino en fuente de múltiples ideas, iniciativas y propuestas que enriquezcan nuestras acciones conjuntas. Nuestra diversidad no ha de ser debilidad sino fortaleza.
Los convoco a no cejar en nuestros esfuerzos para continuar fortaleciendo la unidad, la solidaridad y la cooperación entre nosotros. Sólo así defenderemos nuestros derechos y ocuparemos el lugar que nos corresponde en el escenario internacional.
Los países no alineados creemos en la UNESCO y en los valores que representa. Creemos en el multilateralismo y la cooperación internacional y no en la guerra y la hegemonía.
Al trasladarles el saludo solidario del pueblo noble y bravo que allá en nuestra pequeña isla ha sabido desafiar tempestades y derrotar el bloqueo y las agresiones, les reitero nuestra fe infinita en que conquistar un mundo mejor, con paz, justicia y libertad para todos, es posible.
Muchas gracias.
Hoy, los desafíos que se nos plantean son aún mayores. En estos años se transformó drásticamente el entorno en el que el Movimiento de Países No Alineados se ve forzado a desempeñar su papel.
Los graves problemas que amenazan a los países del Sur, en lugar de disminuir, son cada vez más acuciantes. Se nos impone un orden internacional absurdo y cruel, que impide el desarrollo, la paz y el progreso para la mayoría de nuestros pueblos.
Se nos impone un orden internacional que impide el acceso general a la cultura y a la ciencia, a la educación para todos y a la justicia social que preludiaba la Constitución de la UNESCO aprobada en 1945.
Convocamos hoy a los países no alineados a reactivar las labores de nuestro Movimiento en la UNESCO porque es necesario luchar unidos para transformar ese orden injusto e insostenible.
Los hemos convocado porque creemos posible luchar por un mundo en el que no haya 800 millones de adultos analfabetos y 80 millones de niños que no asisten a la escuela. Duele recordar aquí hoy que, según la UNESCO, sólo 47 países han logrado alcanzar los seis objetivos de la Educación para Todos acordados en Dakar en el año 2000. ¿Es posible asegurar hoy que para el 2015 lo habrán alcanzado los 192 países que integran la UNESCO? ¿De dónde saldrán los recursos si dos terceras partes de los países aquí representados sufren cada día más los efectos de una deuda que no cesa de crecer y de la imposibilidad agobiante de acceder al conocimiento, a la tecnología y a los mercados del Norte desarrollado y proteccionista?
Los hemos convocado porque creemos posible un mundo en el que no mueran, como morirán hoy, 20 mil niños de hambre cada día.
Los hemos convocado porque creemos posible trabajar unidos contra la mercantilización de la mayor parte de la producción intelectual y su privatización, que convierten el conocimiento en instrumento para perpetuar la desigualdad.
Nos amenaza a todos la aspiración de convertir la cultura en mercancía y aniquilar la diversidad cultural.
Hemos llegado al colmo de que el arte auténtico y autóctono, las expresiones del arte de nuestros países, han dado en llamarse “cultura alternativa”, condenados por los patrones homogeneizantes y banales de la llamada industria del entretenimiento. Lo culto se ha vuelto alternativo y lo banal y lo comercial se ha vuelto norma. El arte que hace pensar se ha vuelto disidente mientras gobierna la mediocridad.
Sustituir ciudadanos por consumidores es la operación en marcha para desmoralizar la oposición política al orden mundial establecido y extender la dominación de un puñado de poderosos intereses trasnacionales.
El espejismo de presentar el consumo desenfrenado como sinónimo de desarrollo, que se ofrece desde las pantallas de los televisores en todo el mundo, es el testimonio elocuente de un modo de vida que amenaza ya la supervivencia de nuestra especie, que agota los recursos naturales, degrada, contamina, deforesta y puede llegar a hacer imposible la vida en el planeta. Pero es también la prueba de un sistema perverso, que alienta el consumismo desenfrenado de una élite en un mundo con 852 millones de seres hambrientos, dos mil millones sin electricidad, y más de dos mil millones que jamás han hablado por teléfono y para los que la palabra INTERNET no significa absolutamente nada.
Los hemos convocado porque creemos impostergable trabajar unidos para defender nuestro derecho a beneficiarnos también del desarrollo impetuoso de la ciencia y las tecnologías. La brecha tecnológica entre el Norte y el Sur se acrecienta. Para la mayoría de nuestros pueblos la Sociedad de la Información es apenas una quimera. La llamada Economía del Conocimiento funciona como un instrumento más de explotación y amplía la ventaja acumulada de los países desarrollados.
Entre Europa, Norteamérica y Japón generan más del 80% de todas las publicaciones científicas y más del 90% de las patentes. El 72% de los científicos del mundo viven y trabajan en los países industrializados. En los países desarrollados se invierten cada año 600 mil millones de dólares en investigación-desarrollo. En el resto del mundo, donde vive el 86% de la población del planeta, se invierte 12 veces menos.
Nuestros países tienen que enfrentar no sólo la creciente privatización del conocimiento y las leyes de la propiedad intelectual, diseñadas para defender los intereses de los países desarrollados y las trasnacionales, sino las barreras no arancelarias que cierran los mercados del Norte a nuestras producciones.
Se pretende saquear, patentar y comercializar sin escrúpulos desde el principio activo de un remedio utilizado por siglos en una cultura aborigen hasta las canciones que cantaron nuestros abuelos.
Pero, por si fuera poco, padecemos el fenómeno creciente del “robo de cerebros”. Si los emigrantes de nuestros países son pobres en busca de trabajo se les persigue, se les maltrata, se les cierran las puertas; si son científicos o ingenieros se les incita a emigrar con “cantos de sirenas” y promesas de todo tipo. Sólo de América Latina y el Caribe, hay 1.2 millones de profesionales trabajando en Estados Unidos y otros dos países desarrollados. Las consecuencias de ese drenaje de talento y capacidad intelectual son devastadoras.
Los hemos convocado porque creemos posible luchar por un mundo en el que los avances científicos se dediquen a combatir las enfermedades y el subdesarrollo y no para concebir sistemas de armamentos cada vez más sofisticados y letales.
La concentración de la propiedad sobre los medios masivos de comunicación, junto a la dependencia de anunciantes cada vez más poderosos, han convertido la libertad de información en una quimera.
Las noticias que se divulgan o se silencian son las que convienen a los poderosos intereses que trafican cada año un millón de millones de dólares en publicidad comercial. Quienes importan no son el lector o el televidente, son el dueño y el anunciante, que como dioses deciden lo que se publica, imponen la mentira, manipulan la historia, legitiman la discriminación y promueven la sumisión ante un estado de cosas que se nos presenta como nuestro destino manifiesto.
¡Este orden mundial viola las nobles aspiraciones consagradas en la Constitución de la UNESCO y es deber del Movimiento de Países No Alineados y de nuestra generación luchar por transformarlo!
Excelencias:
Para que el Movimiento de Países No Alineados cumpla el objetivo de revitalizarse en la UNESCO, en cumplimiento del mandato de nuestros Jefes de Estado o de Gobierno, es fundamental el aporte de todos sus miembros y la activación de todas sus estructuras de trabajo.
Está probado que podemos luchar con éxito. Ahí está la Convención sobre la Diversidad Cultural, aprobada por 148 países y con sólo dos votos en contra, como una señal de que si nos unimos podemos hacer que nuestras voces se oigan.
Aunemos nuestros esfuerzos para desarrollar la cooperación dirigida a atender las necesidades básicas educativas de nuestros países.
Defendamos el legado de nuestros pueblos y su historia.
Defendamos nuestro derecho a la diversidad cultural.
Propiciemos el debate sobre los problemas de las artes, los procesos culturales y el desarrollo en un mundo amenazado por la hegemonía y urgido de que luchemos por la preservación de nuestras culturas.
Promovamos el diálogo entre culturas y civilizaciones, y opongámonos enérgicamente al manido pretexto del llamado “choque de civilizaciones”, utilizado por quienes enarbolan un militarismo agresivo y amenazan la paz de nuestros pueblos.
Luchemos por la salvaguarda y conservación del patrimonio cultural material e inmaterial de nuestros pueblos y reclamemos la restitución de la propiedad cultural de las naciones que estuvieron sometidas al dominio colonial.
Proclamemos otra vez que los derechos culturales son parte indispensable de los derechos humanos. Reclamemos el respeto a los derechos de las minorías, de los excluidos, de los marginados, de los pueblos indígenas y de los afro-descendientes.
Recordemos aquí hoy las palabras del Presidente Fidel Castro: “¿Qué es Patria, sino una cultura propia?”
Construyamos alianzas con los sectores de la sociedad civil que en los países del Primer Mundo ven con creciente preocupación el proceso de banalización y desinformación a que son sometidos sus pueblos a través de la publicidad comercial. Trabajemos junto a los gobiernos que se muestren dispuestos a establecer políticas culturales que defiendan sus identidades nacionales y protejan su patrimonio.
Señores delegados:
Para hacer avanzar el trabajo de los países no alineados en la UNESCO contamos con la experiencia, la inteligencia, el entusiasmo y la voluntad política de los gobiernos que ustedes aquí representan.
Cuba, como Presidente del Movimiento de Países No Alineados, está convencida de que aun cuando el reto ante nosotros es grande, unidos, y en estrecha coordinación con el Grupo de los 77, tenemos la capacidad de enfrentarlo.
La heterogeneidad de nuestra membresía y nuestra diversidad de intereses no ha de constituirse en freno para nuestros propósitos, sino en fuente de múltiples ideas, iniciativas y propuestas que enriquezcan nuestras acciones conjuntas. Nuestra diversidad no ha de ser debilidad sino fortaleza.
Los convoco a no cejar en nuestros esfuerzos para continuar fortaleciendo la unidad, la solidaridad y la cooperación entre nosotros. Sólo así defenderemos nuestros derechos y ocuparemos el lugar que nos corresponde en el escenario internacional.
Los países no alineados creemos en la UNESCO y en los valores que representa. Creemos en el multilateralismo y la cooperación internacional y no en la guerra y la hegemonía.
Al trasladarles el saludo solidario del pueblo noble y bravo que allá en nuestra pequeña isla ha sabido desafiar tempestades y derrotar el bloqueo y las agresiones, les reitero nuestra fe infinita en que conquistar un mundo mejor, con paz, justicia y libertad para todos, es posible.
Muchas gracias.
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