14.6.08

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7.6.08

Barack Obama le conviene a Costa Rica...

















Por vez primera en los 232 años de historia de los Estados Unidos, un afroamericano está a las puertas de la Casa Blanca, no para servir los tragos y pasar las bocas, sino comprometido en enderezar, desde la Presidencia de la Unión Americana, al gobierno de la superpotencia y su influencia mundial. El contrincante de Barack Obama será, en noviembre venidero, John McCain, nacido hace 72 años en la base militar de Coco Solo, Panamá. Lo que ambos senadores proponen en política exterior, es pertinente para Costa Rica.
En Miami, el presunto candidato republicano advirtió, hace poco, que quienes "no compartan nuestros valores de libertad y apertura, no podrán contar con nosotros como amigos". El virtual candidato demócrata anunció, en la misma ciudad altamente latinoamericanizada, "una nueva Alianza de las Américas, fundada en este principio: lo que es bueno para los pueblos latinoamericanos, es bueno para los Estados Unidos". Y en español, proclamó Obama: "Todos somos americanos". Ciertamente, dos visiones contrastadas sobre la relación entre la América mestiza y la anglosajona.
Duro y bushista sobre Cuba, McCain mantendría el embargo y la incomunicación: "No permitiremos que nuestros socios caigan en manos de demagogos, narcotraficantes y desesperados". Pragmático y realista, Obama considera que el diálogo y la negociación son herramientas necesarias: "Nunca negociaré la causa de la libertad, pero nunca descartaré una iniciativa que pueda hacer avanzar la causa de la libertad". Levantaría el embargo si, en contrapartida, avanza la democratización en la Isla.
Obama se acerca y McCain se aleja del informe que sobre Latinoamérica acaba de producir un grupo de trabajo del Council on Foreign Relations. "No está en manos de Washington perder a América Latina; tampoco salvarla", sostienen los expertos: "La política estadounidense ya no puede basarse en el supuesto de que Estados Unidos es el actor externo más importante: si existió una era de hegemonía estadounidense en América Latina, ésta ha llegado a su fin". Sin embargo, "el marco político básico de Washington no ha cambiado lo suficiente para reflejar la nueva realidad". El U.S.-Latin America Relations: A New Direction for a New Reality, señala que "las naciones latinoamericanas enfrentan retos desalentadores conforme se integran a los mercados globales y trabajan para fortalecer las instituciones estatales históricamente débiles. Estos retos importan cada vez más a Estados Unidos, ya que los profundos lazos económicos y sociales vinculan el bienestar estadounidense con la estabilidad y el desarrollo de la región".
Sobre la nueva Alianza de las Américas, Obama dijo:
• Estará fundada en hazañas y desafíos comunes: "Colonizados por imperios, compartimos historias de liberación. Ricos en recursos, aún no hemos eliminado la pobreza". Pero, "honestamente, no hemos tratado a los latinoamericanos con el respeto debido a un socio… Hemos actuado como si pudiéramos dictar unilateralmente los términos de la relación".
• "Tras décadas de presionar con reformas de arriba hacia abajo, requerimos una agenda que estimule la democracia, la seguridad y la oportunidad de abajo hacia arriba… Debemos acatar el concepto del Dr. Martin Luther King Jr.: La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes".
• "A través de las Américas hay una lucha cotidiana no contra ejércitos extranjeros, sino contra la amenaza mortal del hambre y la sed, la enfermedad y la desesperanza… A pesar del desarrollo económico, crece la perniciosa inequidad. El 40% de los latinoamericanos viven en la pobreza. Por eso aumentan las drogas, las migraciones, los demagogos… Los Estados Unidos deben promover el crecimiento en las Américas de abajo hacia arriba".
• "No podemos desentendernos del sufrimiento al sur de nosotros, ni aceptar la globalización de los estómagos vacíos… Aumentaré sustancialmente nuestra ayuda a las Américas… Fomentaremos el crecimiento de abajo hacia arriba con microfinanciamiento, formación vocacional y desarrollo de la pequeña empresa".
• "Rechazo con vehemencia la política Bush-McCain de que cualquier tratado comercial es bueno. No podemos aceptar el comercio que enriquece a los de arriba e impide ascender a los de abajo. Es hora de entender que nuestro objetivo debe ser un comercio que beneficie a todos los pueblos en todos los países. Hombro a hombro con los obispos de Centroamérica, me opuse al Cafta porque no responde adecuadamente a las necesidades de los trabajadores… Requerimos un comercio que eleve a los trabajadores, que no solo beneficie a las corporaciones".
• "La Alianza de las Américas será exitosa si está cimentada en el respeto mutuo. Es hora de pasar la página de la arrogancia en Washington y del antiamericanismo en Latinoamérica, obstáculos en la ruta del progreso. Es el momento de escucharnos mutuamente y de aprender los unos de los otros".
En fin, expresó Obama: "Libertad. Oportunidad. Dignidad. Estos no son valores únicos de los Estados Unidos, son los valores de las Américas. Fueron la causa de la infantería de Washington y de la caballería de Bolívar; de la pluma de Martí y de las campanas de la iglesia de Hidalgo".
Si McCain venciera, persistiría el desdén de Washington hacia la región y China podría adelantar su afán geoestratégico sobre Latinoamérica. Si la senadora Hillary Clinton hubiera sido la candidata demócrata, seguramente mantendría la política de negligencia benigna. Pero, de triunfar Obama, pueden esperarse iniciativas justicieras, pragmáticas y modernas, basadas en los principios de la política del Buen Vecino del Presidente Franklin D. Roosevelt. El resultado de las elecciones en los Estados Unidos es de vital importancia para el futuro de Costa Rica.

Armando Vargas Araya | 3 de Junio 2008
La mayor parte de mi vida la dediqué a la total liberación de mi pequeña Patria.