4.1.07

Jorge Volio Jiménez : el Sacerdote soldado











Revisión de tropas




Volio con el cráneo de Rogelio Fernández Güell ,
perseguido igual que él y asesinado por Tinoco.



Algunas anécdotas:

En una oportunidad, el periodista don Fernando Borges, se le acercó al General Jorge Volio Jiménez, con la intención de pedirle su valiosa y respetada opinión con respecto a la Historia y a la Filosofía. ..

El insigne orador parlamentario y político, cuyos discursos pronunciados en el Congreso, se distinguieron por la profundidad de sus pensamientos; contestó:

- "La Historia y la Filosofía se diferencian en que la Historia cuenta cosas que no conoce nadie con palabras que sabe todo el mundo; en tanto que la Filosofía cuenta cosas que sabe todo el mundo con palabras que no conoce nadie."



En 1912 El general Volio hace un sermón desde el púlpito. Allí afirma que el presidente Ricardo Jiménez debe llamar a la guerra contra los nuevos filibusteros.

General Volio: ¿Y nosotros podemos comer con tranquilidad el pan en nuestros hogares?

Si es una quijotada oponerse el invasor, es una indignidad sin nombre dejarle el paso libre sin protestar...

Está bien que los choriceros de Boston no tengan más Dios que el oro, pero nosotros somos otra gente, de otra sangre, de otra escuela...

El Presidente tiene la obligación de renunciar si no se siente con valor moral suficiente para hacer oír ante Washington nuestra protesta por el desembarco de tropas en suelo centroamericano...


(Luego en la Casa cural en El Carmen de Heredia sucede lo siguiente)

El general Volio y un emisario del gobierno

Emisario: Al gobierno no le parece conveniente que usted, padre, utilice el púlpito para la política.

General Volio: No es política, es la vida de los costarricenses.


Emisario: Es política, que nos compromete con un gobierno amigo...

General Volio: Un gobierno amigo que abandonamos a su suerte y a la suerte de los poderosos.

Emisario: El gobierno ha tomado una decisión...

General Volio: No hacer nada.

Emisario: Mantenerse dentro de los límites de la prudencia

General Volio: Prudencia, prudencia. No me cabe duda de que en la presidencia de la República figura un señorito de grandes cualidades. Pero hace eso que usted dice: po-lí-ti-ca, mientras nosotros, hacemos otra cosa, que se llamara mo-ral...

Emisario: Padre...

General Volio: Sí, moral. Porque no es moral ver que una potencia extranjera invade a nuestros vecinos y que quedamos, por política, con los brazos cruzados.

Y si usted y el presidente quieren ver qué cosa es la moral, yo se las muestro (se quita la sotana). Guardo este símbolo de la iglesia, y tomo un fusil para ir a defender lo que por po-lí-tica el presidente no puede defender...

Hoy más que nunca deberíamos aprender de los costarricenses de antaño que como Don Jorge Volio tenían bien claro lo que un ciudadano valiente debe llegar a hacer por defender sus ideales y su dignidad y que los valores costarricenses son producto de principios tan humanos y cristianos como el de la solidaridad que incluye el sentido de justicia y la posible denuncia de lo que no se ajuste a ese principio y que Don Jorge hizo valer desde el púlpito de la iglesia Católica.



1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Viva Volio! en los azules dias, libro de Juaquin Gutierres,cuenta como a don Jorgue también le toco padecer con la dictadura de los Tinoco, (cualquier semejanza con los hermanillos Arias es mera coincidencia)y que sin pensarlo ni vacilar como siempre fue, se metió a las montañas a volar plomo.
No se quedo en la resadera ni en penitencia y formo el Partido Reformista.