La siguiente historia sucedió en Chile en la década de los 80 y nos enseña entre muchas otras cosas como un NO puede ser positivo y como el NO de la gente se enfrento al SÍ del poder político y militar.
“Una de las cláusulas de la Constitución creada por Pinochet (1980) para legalizarse como presidente, estipulaba que en 1988 se consultaría al pueblo para determinar la continuidad de su gobierno, y en caso de ser rechazado se llamaría a elecciones democráticas al año siguiente; el General no imaginó que podía ser derrotado en su propio juego”[1]
La apuesta de Pinochet se basó en un control total de los medios de comunicación y el temor de la población a manifestarse contra él. Gran parte de su propaganda consistió en amenazar con el regreso del comunismo y del desorden previo a la dictadura si el mismo Pinochet no vencía.[2]
"Pinochet orquestó una campaña masiva de propaganda, en cambio la oposición sólo obtuvo en la televisión quince minutos diarios a las once de la noche, cuando se esperaba que todo el mundo estuviera durmiendo. Instantes antes de la hora señalada sonaban las alarmas de tres millones de relojes y los chilenos se sacudían el sueño para ver el fabuloso cuarto de hora en que el ingenio popular alcanzó niveles de genialidad.” [1].
“La campaña del NO se caracterizó por humor, juventud y espíritu de reconciliación y esperanza. La campaña del SI era un engendro de himnos militares, amenazas, discursos del General rodeado de emblemas patrióticos, trozos de antiguos documentales que mostraban al pueblo haciendo cola en tiempos de la Unidad Popular. Si todavía quedaban indecisos la chispa del NO venció la pesada majadería del SI y Pinochet perdió el plebiscito" [1].
A tempranas horas de la tarde ya se suponìa que Pinochet había sido derrotado pero ni el Gobierno de Chile, a través de su vocero, Alberto Cardemil, ni los medios de comunicación entregaron información alguna, sin embargo, en un programa televisivo en directo, el presidente del oficialista partido Renovaciòn Nacional, Sergio Onofre Jarpa felicitó a los dirigentes opositores por el triunfo, pese a esto el Gobierno seguía manipulando la entrega de resultados hasta la madrugada, cuando finalmente el General del Aire, Fernando Matthei, miembro de la Junta Militar (poder legislativo), reconoció la derrota. Tras bambalinas se filtró a la opinión pública que Pinochet intentó dar un autogolpe de Estado pero el general Fernando Matthei se opuso tenazmente a este intento [2].
Y la campaña del SÍ, embestida de temor, fue derrotada por la del NO, embestida de esperanza, de alegría y de optimismo, no fueron los minutos al aire, ni las artimañas, ni los recursos económicos los que al final decidieron la elección. Las amenazas de comunismo y anarquía no surtieron efecto, el optimismo del NO se impuso al pesimismo del SÍ y se demostró una vez más que no siempre decir SÍ es avanzar sino que algunas veces se avanza más diciendo que NO.
NO AL TLC!!!!!!
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